POR DARIO POZO RUZ.
Para Ecos del Sur.
Poco hablamos de insignes franceses que aportaron importantes avances al conocimiento de nuestra Naturaleza. Y mi contacto con su cultura a través de cursos de idioma impartidos en Santiago y en Paraíso, estos años atrás me ha servido para descubrir y valorar aportaciones importantes en épocas más recientes que otras más remotas, cuando nuestra convivencia no era nada buena con las potencias europeas.
Por ello me inclino respetuosamente ante la memoria del Padre Charles Plumier, cuya formación religiosa y sus conocimientos de matemáticas, física, y especialmente el dibujo de las plantas y animales aplicó en sus numerosos viajes por nuestras tierras antillanas.
ñ A él debemos el descubrimiento para la ciencia de la Cocaria , también llamada Begonia que crece en la parte alta de la Cordillera Central que llamó Fuchsia en honor del también botánico alemán Dr. Leonhart Fuchs (1500-1566).
ñ En Europa se desarrolló con amplitud esta planta, desconociendo su origen dominicano hasta 1832.
ñ La Begonia , que algunos conocen por Cocaria es una de las plantas hornamentales mas conocidas en todo el mundo, y fue descubierta por Charles Plumier en nuestras montañas.
3.- También merece nombrar la figura de otro investigador francés: Barón Geoges Léopole Chrétien Fréderic Dagobert Cuvier (1817) al que debemos la primera descripción de nuestra jutía (Plagiodontia aedium).
ñ No se puede conocer nuestras especies de aves, reptiles, mariposas, árboles y plantas sin redescubrir las significativas aportaciones de otros ciudadanos europeos y americanos en su conocimiento, como si nos dieran una lección más sobre el carácter universal de la naturaleza, muy por encima de subjetivas apreciaciones no exentas de chauvinismo.
ñ O sea… ¡ no estamos solos y nuestra memoria histórica debe dejar un huequecito a otros extranjeros que aportaron mucho ¡
En el Cementerio de Santiago, descansa Erik Ekman (sueco). Una estatua en el Jardín Botánico perpetúa el nombre de tan infatigable explorador que prefirió seguir las incomodidades del trabajo botánico acá que las abundancias del norte de Europa…
¡Cuánto ejemplo para jóvenes generaciones universitarias más preocupadas por lo material que por la ciencia en sí…!
