lunes, 30 de julio de 2012

Salami contaminado, pérdidas millonarias y la salud del pueblo

 POR ALEJANDRO SANTANA

Pro Consumidor, ha alborotado las avispas, ha denunciado que los embutidos,(salami) que se consumen en el país a parte de carecer de calidad, y condiciones higiénicas, están contaminados con heces fecales.

Dijo lo que nunca antes se había dicho y lo dicho ha causado revuelo y ha obligado a que se tomen medidas, por ejemplo ya Haití, prohibió la entrada de salami dominicano a su territorio.

En el país, las ventas han disminuido sustancialmente, hay sectores que han salido en defensa de los industriales, otros han salido satanizando a la incumbente del organismo oficial.

Hay un político opositor ex secretario de Agricultura que ha dicho que los productores de salami han perdido unos 70 millones de pesos, y  condena,  a Pro Consumidor.

Para ese político pesan mucho esos setenta millones de pesos en perdida para esos industriales, pero no se refirió al peligro en que se encuentra la población al consumir un producto que cree de buena calidad, que paga por ello, confiando en el respeto que se debe tener a los ciudadanos.

Por cuestiones políticas y politiqueras, casi nunca se dice en público que un producto carece de los nutrientes, calidad e higiene por la que se paga.

Altagracia Paulino, se atrevió, puso en alerta a la población, sin proponérselo le dijo a los dominicanos que tenemos que cuidar nuestra salud.

Puso al descubierto la irresponsabilidad de los fabricantes de ese producto  de vital importancia en la dieta de los pobres y no tan pobres de este país.

Políticos contrarios, la podrían satanizar, la podrían acusar de enemiga de esos industriales, pero el pueblo, los consumidores la tendrán como su chapulín y la tendrán en un sitial diferente en el que tienen a otros  políticos.

Ahora hay que insistir con la funcionaria, que diga cuáles marcas de esos productos fueron los que arrojaron ese grado de contaminación y falta de calidad.

Si son todos, que lo diga también para que el pueblo tome las previsiones de lugar y deje de consumirlos de una vez y por toda, o hasta tanto, esos industriales aprendan a respetar al pueblo.