El lago Enriquillo, cuyo desbordamiento ha damnificado a cientos de
familias, podría resarcir parte de los daños causados, siempre que las
autoridades materialicen su propósito de aprovechar la expansión del lago para
explotar un proyecto de turismo ecológico que generaría medios de vida.
Esa
expectativa se ha creado entre los afectados, que están a la espera de que se
cumpla la promesa oficial de reubicarlos en terrenos que ya han sido
localizados.
Del 2009 a esta parte, el lago Enriquillo ha crecido más del doble de su
tamaño original, sepultando infraestructura oficial y de servicio, siembras,
viviendas, y desplazando a las familias del entorno.
Las autoridades aún
estudian las posibles causas de este crecimiento, que parece irreversible.
La
gente de la zona, que ha padecido las calamidades, tiene ahora sus expectativas
puestas en la promesa oficial de convertir el perjuicio en provecho.