domingo, 23 de septiembre de 2012

Relevo generacional



POR HIDALGO ROCHA.

En toda actividad del ser humano  uno de los problemas que más distancian a los individuos de un quehacer cualquiera, es el relevo generacional.  Este, aunque es una fase natural de todo ser viviente, es decir, que tiene que darse porque las capacidades en el hombre o la mujer  se van agotando con su uso continuo, en los diferentes escenarios a veces es una bomba de tiempo.

El relevo generacional nace espontáneamente.  Se da en la familia, donde entre los padres e hijos debe de haber un intervalo de uno 30 años y de ahí se transfiere hacia las demás actividades del ser humano. Este puede venir de una preparación sistemática, donde los que están en los altos niveles enseñen a los mando bajos, como de la practica continua del quehacer en donde se exige o se busca cambiar de mando.

En esos quehaceres del ser humano, dar paso a una nueva generación es un es un dolor de cabeza. Los altos mandos, viejos roble o como quiera llamársele, más que ver el desarrollo de esa nueva generación, con nuevas ideas, nuevo bríos, nuevas inquietudes y adaptación a los nuevos tiempos, lo que ven es a enemigos de su trayectoria. Sin saber que ocupar espacios es lo que importa.

Los espacios, tanto la nueva generación como los de capacidades demostradas, deben de saber que estos se ocupan en el tiempo determinados. Y no por ello se debe de llegar a la descalificación, a la mutilación de capacidades y preparación, de uno u otro, para exigir esos espacios.

La adecuación llega solo o se impone, ya no estamos en los tiempos de la máquina de escribir OLIMPIA, hoy el internet nos permite emitir opiniones fresca y saludable desde el punto de vista o desde la óptica que nuestras capacidades nos permitan, y así los demás.

Es por ello que el relevo generacional se impone, si los viejos robles o los vivientes en los altos mandos no se adecuan a los nuevos tiempos. La preparación es de todos, viejos y nuevos están llamados a acudir a ella. Las ideas, vengan de donde vengan, deben de debatirse en el plano de la democracia, ideas contra ideas, planteamiento contra planteamiento, nunca en el plano de la descalificación.

Cuando quien se resiste a aceptar esa adecuación, ese avance de una generación que trae nuevos argumentos, figuras frescas para los que se involucran en aéreas diversas en los cuales, muchas veces, solo existían unos cuantos  y emiten desconsideraciones y descalificaciones caen en la ridiculez.  

La nueva generación debe de buscar sus espacios, pero espacios ganados en base a los que exigen esas aéreas del quehacer humano, sea esta cualquiera que sea. Por su parte los viejos robles, dotados de más eminentes capacidades, deben o de adecuarse o ocupar el espacios que la vida da a quienes podrían instruir.

Articulo enviado a Ecos del Sur