sábado, 4 de agosto de 2012

Cuando un amigo se va.


POR TEUDDY A. SANCHEZ

“Profesor, dice el director que le de seguimiento a la noticia del hombre que mataron”.

“Profesor, dice Bolívar, que busque algo nuevo del caso de la profesora”.

“Profesor, mande las notas temprano”.

Así eran las llamadas con mucha frecuencia, de Montero  para que uno siempre estuviera al tanto de los hechos de Barahona o de esta zona.

Desde que ingresó a El Nacional, a través de la vía telefónica hicimos buena amistad, donde en ocasiones lo comparé con Domingo del Pilar por la forma de tratar a los corresponsales.

Recuerdo que cuando Montero trabajaba en el horario de la tarde-noche en Radio Mil, lo llamaba a través de  una línea 1-200 que existía allí, para preguntarle si en El Nacional me publicaron  alguna nota ese día.

El amigo David Ramírez, me remitió una nota escrita por Montero, el 2 de marzo del pasado año, donde daba detalles de mi estado de salud, tras el infarto del 19 de febrero de ese año.

“Como es la vida, Montero murió de una sencilla operación  en la nariz y tu, con un grave problema del corazón y líquido en los pulmones, te salvaste. ” dice el escrito enviado por Ramírez.

         Montero, era un trabajado a tiempo completo en el periódico El Nacional. Era el segundo o tercero que llegaba a la redacción, después del director. Se levantaba a las 4:30 de la madrugada para cumplir con sus compromisos en el rotativo.

         Tengo que reconocer, que la muerte de Montero me afectó como si hubiese sido un familiar cercano o de esos amigos entrañables que uno tiene.

Que duro es ver partir a un gran amigo, que en los momentos difíciles de uno, estuvo al lado nuestro.

Cuando un amigo se va, que difícil es verlo partir, mas en esta circunstancia que tiene que ser investigada hasta sus ultimas consecuencias.

         Montero, un hasta luego.