domingo, 5 de agosto de 2012

Se va el honorable Presidente Leonel Fernández.


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POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA.

Se va y no se va el presidente Leonel Fernández Reina, se va porque cumple su período presidencial de los últimos cuatro años, de los cuales solo quedan escasos 11 días y no se va, porque en amplísimo artilugio político, llega al plazo constitucional fatal, con su esposa de vicepresidenta, con la presidencia del partido gobernante, con una serie de instituciones conformadas a su imagen y circunstancias, con dos  de los partidos mayoritarios, metidos de hecho en los lugares más recónditos de sus bolsillos, con artes muy sutiles y certeras, de efectividad tal, que en apariencia, no da espacio a su oposición.

Se va Leonel Fernández, dejando un sabor amargo en la mayoría del pueblo dominicano, que  ve  como se le dispara el precio de seguir viviendo, al ver la inseguridad ciudadana maltrecha, al contemplar como la unidad familiar se desmorona  producto entre otras cosas del  acogote económico en que se sienten sumidos, al ver la desigualdad de ingresos, entre los de arriba y los de abajo, al ver que un funcionario estatal gana, mas de 500 veces lo que otro ciudadano devenga, en los casos en que lo tenga.

Se va Leonel Fernández dejando el sistema productivo nacional desecho, malogrado por un sistema oficial inicuo, que solo ha favorecido al producto foráneo hundiendo en la quiebra absoluta al productor nacional, que junto a esta epidemia, sufre el legado de transformación de un Banco Agrícola, de lo que era, a un Banco comercial más, que actúa como tal, clavando el dado mortal de los intereses a un campesinado que ha sido llevado a competencia en un mercado que se ha convertido en un matadero mundial.

Se va Leonel Fernández, dejando niveles de endeudamiento, jamás soñados por generación alguna, malogrando las esperanzas de todo un pueblo, que las cifró  en la juventud que representó y en un progreso que él mismo vendió y que al final de su mandato, compartido en dos partes, la primera de 4 años y luego 8 largos años seguidos en la que una sub-región completa, queda sumida en la miseria y desesperanza al sufrir por la inacción e indolencia, una ocupación de territorio por aguas, de más de 135 kilómetros cuadrados, en los que había el todo de toda una población.

Se va Leonel Fernández, dejándonos seguir entrando hacia el lago Enriquillo, un 75% de aguas que debieran estar llegando a la bahía de Neiba, favoreciendo aquel ecosistema y perjudicando gravemente al ecosistema de  la región Enriquillo, que solo de las aguas azufradas podemos decir, que la de las Caritas está a 13 metros por debajo del nivel superficial.

Se va  el presidente Fernández y nos deja en el desorden que le atribuía al presidente Mejía, con una deuda de Petro caribe, de más  de dos mil millones de dólares, al decir de economistas, mientras ese mismo petróleo nos fue vendido al cascarazo, como dice el dominicano cuando vende de contado, cobrándonos al mismo tiempo, impuestos astronómicos, se va nuestro presidente Fernández, y… no lo podemos decir con felicidad.